Archivo mensual: julio 2017

IMPULSO RÍTMICO CRANEAL VS OSCILACIÓN DE TRAUBE-HERING-MAYER

Los cambios periódicos en la presión arterial y el volumen se han relacionado con la actividad nerviosa respiratoria y simpática, y la oscilación de Traube-Hering-Mayer (THM), desde su descubrimiento en el siglo XVIII.

Las ondas u oscilaciones de Traube-Hering (9,0 – 24,0 ciclos/min, 0,15 – 0,4 Hz) en la circulación periférica es un reflejo de la arritmia sinusal respiratoria, un fenómeno fisiológico normal que reúne la frecuencia respiratoria con la del corazón, donde la inspiración y la espiración generan cambios momentáneos en la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

La actividad respiratoria es normalmente controlada a través de mecanorreceptores principalmente torácicos y quimiorreceptores de gases sanguíneos, y esta información se retransmite al tronco encefálico y, en última instancia, al corazón a través de cambios reflejos en el flujo simpático y parasimpático, con modificaciones de la actividad cardiaca que provoca cambios en la presión arterial. Estos estímulos influyen en los centros respiratorios a través de mecanismos complejos de feedback. (Larsen et al 2010, Ben-Tal et al 2012, Dick et al 2014).

Según Julien 2006, las ondas de Mayer son oscilaciones de la actividad nerviosa simpática (SNA) y / o las variables hemodinámicas, en ausencia de entradas sensoriales desde la periferia. Se cree que tales oscilaciones rítmicas derivan de la actividad de un oscilador autónomo (marcapasos) situado dentro de estructuras nerviosas centrales que genera el sistema nervioso autónomo.

Sin embargo, aunque siguen siendo poco comprendidos y los detalles subyacentes de su control son complejos, estas ondas proporcionan información clínica sobre el estado de la regulación de la presión arterial tanto en condiciones normales como disfuncionales; Y una correlación con los movimientos oscilatorios observados por algunos clínicos sugiere que también pueden tener algún valor fisiológico que se relaciona con los cambios en el sistema fascial y el tejido conectivo. (Scarr, 2016)

El mecanismo respiratorio primario, que se manifiesta por el impulso rítmico craneal (CRI) con una oscilación normal entre 8-12 ciclos/min, incluso más según autores, es un concepto fundamental de la osteopatía craneal, y uno de los conceptos más controvertidos de este tipo de abordaje. La dificultad en su medición y valoración objetiva hace que en los últimos años se haya tratado de investigar más en este campo.

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Tras estas investigaciones, se ha observado como el CRI tiene un parecido sorprendente con la oscilación de Traube-Hering-Mayer (THM) en la oscilación del flujo sanguíneo medida por flujometría láser-Doppler (Sergueef N, Nelson KE, Glonek T, 2002).

Según un estudio realizado por estos invetigadores “The effect of cranial manipulation on the Traube-Hering-Mayer oscillation as measured by laser-Doppler flowmetry”, aunque con una muestra reducida (N=23) concluyen que el trabajo craneal afecta a la oscilación de la velocidad del flujo sanguíneo en sus componentes de baja frecuencia Traube-Hering-Mayer.

Debido a que estas oscilaciones de baja frecuencia están mediadas por la actividad parasimpática y simpática, concluyen en consecuencia que la manipulación craneal afecta el sistema nervioso autónomo.

Para ello colocaron una sonda láser-Doppler de flujo en el lóbulo de la oreja izquierda de cada sujeto para obtener un registro de velocidad de flujo sanguíneo de línea de base de 5 min.

El trabajo craneal, consistió en el equilibrio del patrón de movimiento craneal global y la unión craneocervical, este se aplicó durante 10 a 20 min; El tratamiento simulado era sólo palpación. Inmediatamente después de los procedimientos, se adquirió una grabación láser-Doppler de 5 minutos después del tratamiento. Para cada sujeto de tratamiento craneal se analizaron los 4 componentes principales del registro de la velocidad del flujo sanguíneo, la señal térmica (Mayer), la señal baro (Traube-Hering), la señal respiratoria y la señal cardiaca. Se compararon los datos pre-postratamiento.

Los resultados fueron los siguientes. Los 10 participantes que recibieron tratamiento craneal mostraron una disminución de potencia de señal térmica de 47,79 dB a 38,49 dB (P <0,001) y la señal baro aumentó de 47,40 dB a 51,30 dB (P <0,021), mientras que las señales respiratorias y cardíacas No cambiaron de forma siginificativa (P> .05).

Sabemos que la palpación manual del CRI es posible, siendo uno de los principales elementos de trabajo en osteopatía craneal. La velocidad de oscilación puede obtenerse tanto por palpación como por instrumentación (Nelson et. al, 2006).

Sin embargo, la literatura ha informado tasas más altas obtenidas por instrumentación en comparación con la palpación.

En relación a la palpación craneal, Halma KD ,et al. 2008, realiza un estudio interesante “Intraobserver reliability of cranial strain patterns as evaluated by osteopathic physicians: a pilot study” para tratar de evaluar la fiabilidad interobservador o intraobservador a la hora de evaluar la disfunción craneal (N=48). Los resultaros fueron que el diagnóstico de los patrones de deformación craneal mostraron la mayor confiabilidad intraobservador (kappa = 0,67). La mayor confiabilidad intraobservador se logró en patrones de deformación craneal para el grupo control (kappa = 0,82), seguido por los grupos de cefalea (kappa = 0,67) y asma (kappa = 0,52).

Los diagnósticos del cuadrante anterior izquierdo de restricción también mostraron una confiabilidad intraobservador sustancial para los grupos de cefalea y control (kappa = 0,60 y 0,61, respectivamente).

Los diagnósticos de tres cuadrantes de restricción mostraron una moderada fiabilidad intraobservador general (kappa = 0,44-0,52), mientras que el cuadrante posterior izquierdo mostró una fiabilidad intraobservador general leve (kappa = 0,33).

Del estudio se concluye que los procedimientos diagnósticos osteopáticos pueden obtener una confiabilidad intraobservador sustancial al diagnosticar patrones de deformación craneal en sujetos sanos, así como aquellos con asma o cefalea. Sin embargo, los resultados son inferiores para los diagnósticos de CRI y los cuadrantes de restricción.

Nelson KE, et al. 2001, desarrollaron un protocolo para medir simultáneamente le CRI y la oscilación de Traube-Hering-Mayer (THM). Las comparaciones estadísticas demostraron que el CRI es palpablemente concomitante con las fluctuaciones de baja frecuencia de la oscilación de THM según se midió con el Transonic Systems BLF 21 Monitor de perfusión de flujo láser-Doppler.

Esto abre nuevas explicaciones potenciales para los conceptos teóricos básicos del mecanismo fisiológico del movimiento respiratorio primario MRP/ CRI y la terapia craneal.

Por lo tanto, se justifica la comparación del MRP/ CRI con la comprensión actual de la fisiología de la oscilación THM. Además, el reconocimiento de que estos fenómenos pueden ser monitoreados y registrados simultáneamente crea una nueva oportunidad para investigar más a fondo sobre este campo de la osteopatía craneal.

Como siempre, un placer compartir.