La manipulación vertebral consiste en un movimiento de alta velocidad (HVLA) sobre la columna para restaurar el juego articular de algún segmento vertebral. Es una técnica útil, a veces con resultados espectaculares, que requiere una sólida formación del manipulador tanto para el diagnóstico como para su realización, pues no está exenta de riesgos y se requiere mucha destreza, especialmente en la columna cervical alta.
El examen premanipulativo es crucial para comprobar que existen tres arcos libres e indoloros de movilidad vertebral, siguiendo la regla simple del movimiento sin dolor y el movimiento contrario, indicación de la manipulación, según Maigne. Es necesario antes del acto manipulativo descartar patología inflamatoria, tumoral o traumática o debilitante tisular que la contraindique.
Sus efectos mecánicos sobre discos y articulaciones posteriores, y neurofisiológicos de estimulación propioceptiva, son ampliamente conocidos y estudiados, y están fuera de toda duda pese a sus detractores.
En base a esto las técnicas de HVLA vertebral están indicadas en tortícolis, cervicalgia crónica y ciertas cefaleas de origen cervical, dorsalgias de origen postural o estático y esguinces, lumbalgia aguda y crónica, pubalgia y disfunción sacroiliaca.
Otro de sus efectos atribuidos y que siempre acompaña a cualquier acto terapéutico es el efecto psicológico y/o placebo. Me referiré a este efecto como psicológico dada la connotación negativa que se le atribuye al termino placebo, aunque bajo mi punto de vista no debería tenerla.
Por definición ese efecto psicológico es un cambio en la evolución del paciente atribuible a una actuación simbólica, en vez de a una acción específica fisiológica real y objetivable.
En todo acto terapéutico, incluida la terapia manual, hay un 33% promedio de respuesta positiva por este efecto, aunque la mejoría obtenida es muy variable y se puede llegar atribuir hasta un 85% al mismo, o a la evolución natural de la patología.
No deberíamos engañarnos a nosotros mismos pues parte de nuestro éxito terapéutico, se debe a este fenómeno, que es una realidad presente en cada uno de nuestros actos, muy por encima de nuestros egos como terapeutas, gran parte del éxito se debe a lo bien o mal que manejemos el efecto psicológico del paciente, y lo que el paciente interpreta que está ocurriendo.
Esto está ampliamente descrito en la literatura médica, pacientes que mejoran sólo por ausencia de hernia discal en el resultado de una RM, mejoría en pacientes operados de estenosis raquídeas y artrodesis mediante tratamientos quirúrgicos hoy obsoletos y abandonados por carecer de base científica, simplemente atribuible al efecto psicológico y evolución natural de le enfermedad y recuperación, elementos siempre presentes.
La simple forma de comunicarse con el paciente tiene efectos analgésicos cuando se hace en forma y términos positivos, y contrarios o de agravamiento cuando se hace de manera negativa, efecto nocebo. Esto nos obliga a cuidar nuestra actitud, comportamiento y expresión durante la terapia. Más si cabe en terapia manual o al usar técnicas de manipulación donde existe contacto físico directo con el paciente. No solo hablamos con nuestra boca, nuestras manos también hablan y comunican cosas al paciente, positivas o negativas.
En base a esto podemos decir que dentro de los efectos de la terapia manual y las manipulaciones el efecto psicológico existe y está presente, y de su correcto manejo depende, al menos en parte, nuestros resultados. Es algo positivo y que no debería tener connotaciones negativas o de desprestigio hacia la terapia o el terapeuta.
A la acción puramente psicológica positiva normalmente por parte del paciente cuando la manipulación se hace por manos expertas, se le añade la buena evolución espontánea favorable de la mayoría de las algias vertebrales post manipulación, si se han cuidado las contraindicaciones. Y recordad lo primero es el paciente, y después va la ciencia.
A pesar de ello sería un gran error reducir la acción de la manipulación solo al efecto psicológico como algunos sectores pretenden, la investigación sobre los efectos de la manipulación vertebral deben continuar por el buen camino que va, donde los estudios más actuales empiezan a considerar no solo vías ascendentes de inhibición del dolor sino también vías descendentes de origen neurovegetativo hasta ahora escasamente consideradas.
Sharing is the fastest way to grow.
BIBLIOGRAFIA:
1. Roberts AH, «The powerful placebo» revisited: what power? What placebo? Presented at the Seventh World Congress of the International Association for the study of pain, Pans, 1993
2. Goodman P, Green CS, Laskin DM. Response of patients with myofascial pain- dysfunction syndrome to mock equilibration. J Am Dent Assoc, 1996;92:755-758.
3. Deyo RA. Practice variations, treatment fads, and rising disability: do we need a new clinical research paradigm? Spine, 1993;18:2153-2162.
4. Gracely RH, Dubner R, Deeter WR, et al. Clinicians expectations influence placebo analgesia. Lancet, 1985;1:43.
5. Mennel JB. The science and art of point manipulation. London: Churchill, 1949.
6. Pastrana R, Ferrero A. La manipulación vertebral. En Pastrana R (ed). Dolor de espalda y rehabilitación. Monografías de Rehabilitación., 1982;2:189-196.
7. Maigne R. Doleurs d’origine vertébrale et traitments pata manipulations. Paris: Expansión Scientifíque Franqaise, 1966.
8. Conejero JA, Florez MT, García F, et al. Manipulación vertebral (Revisión). Rehabilitación (Madr), 1991;25:52-61.
9. Savva C. The role of the descending inhibitory pain mechanism in musculoeskeletal pain following high-velocity, low amplitude thrust manipulation. A review of the literatura. J Back Musculoskelet Rehabil, 2014.