El doctor y osteópata John E. Upledger, creador y divulgador de la Terapia Cráneo-Sacral, nos dejó el pasado 26 de octubre 2012 en su casa de Palm Beach Gardens, Florida.
Reconocido mundialmente por sus avances pioneros en el campo de la terapia manual, y en particular de la terapia craneosacral.
Aunque dedicado al cuidado del paciente, el Dr. Upledger, que tocaba el piano y el acordeón, originalmente quería ser un músico de jazz, pero se decidió fianlmente por la carrera de medicina después de su paso por la Guardia Costera de los EE.UU. durante la década de 1950. En el ojo de un huracán, realizó una apendicectomía con las instrucciones de un cirujano en el otro extremo de la radio barco-costera. Más tarde se graduó de Kirksville Colegio de Medicina Osteopática en Missouri.
Formado como médico y osteópata, se dedicó también a la investigación, el Dr. Upledger investigó en el campo de la osteopatía craneal, tras observar un movimiento rítmico de la membrana dural durante la cirugía cervical de un paciente en los años 70.
Tras muchos estudios aceptó que los huesos del cráneo se seguían moviendo en edad adulta y no sólo en los bebés, teoría propuesta anteriormente por Sutherland, esta posición polémica le llevó a su trabajo con un equipo de anatomistas, fisiólogos, biofísicos y bioingenieros en el Colegio de Medicina Osteopática de la Michigan State University, donde desempeñó su labor como Profesor de Biomecánica e investigador clínico desde 1975 hasta 1983. Durante esos años él y su equipo se encargaron de demostrar o refutar los principios básicos de las técnicas craneales y el movimiento craneal.
Las técnicas para evaluar y tratar las membranas durales se desarrollaron en gran parte por el Dr. Upledger, y acuñó para diferenciarlo de otras técnicas craneales el término de terapia craneosacral.
La presencia de estos ritmos sutiles en el cuerpo fue descubierto por el osteópata Dr. William Sutherland hace 100 años. Contrariamente a la creencia popular el Dr. Sutherland se dio cuenta de que las suturas craneales fueron diseñadas para expresar pequeños grados de movimiento, relacionada con los movimientos sutiles que implican una red de tejidos y fluidos relacionados entre sí en el centro del cuerpo, incluyendo el líquido cefalorraquídeo, el sistema nervioso central y las membranas durales que llegan al sacro.
Esta línea de pensamiento, diagnóstico, tratamiento, docencia e investigación fue la que siguió el Dr. Upledger durante toda su vida. Al menos tres ritmos sutiles se han identificado, cada uno con una velocidad diferente. Se denominan como: el impulso rítmico craneal, un ritmo más superficial expresado en una tasa promedio de 8-12 ciclos por minuto (membranoso), la marea media; un ritmo de las mareas que lleva ordenar las fuerzas en el cuerpo expresa a un ritmo más lento de aproximadamente 2,5 ciclos por minuto (fluídica), la marea larga, un impulso rítmico profunda y lenta expresó una vez cada 100 segundos (energética para los no escépticos).
El principio esencial de la terapia craneosacral se basa en la correcta expresión y mantenimiento de este movimiento vital que conococemos en osteopatía como MRP o movimiento respiratorio primario. Por lo tanto, la capacidad de las células y tejidos para expresar su movimiento respiratorio primario es un factor crítico para determinar nuestro estado de salud y la expresión del MRP. A través del ritmo craneosacro nos sirve en terapia craneosacral de testigo para identificar alteraciones en el mismo y a la vez para corregirlas, tratando que estos ritmos se expresen correctamente y de forma saludable.
Las causas más comunes de fulcros inerciales o patológicos donde este RCS no se expresa bien son las lesiones físicas, las tensiones emocionales y psicológicos, traumas del nacimiento y la toxicidad.
El énfasis en Terapia Craneosacral es ayudar a resolver las fuerzas atrapadas que subyacen y regulan los patrones patológicos. A través del desarrollo de sutiles habilidades para la palpación o escucha el osteoópata puede con ese mapa de patrones inerciales en el cuerpo, identificar los lugares de fulcros patológicos, explorarlos y tratarlos mediante un apoyo o contacto manual, que la propia fisiología del paciente acaba resolviendo, mejorando su estado global de salud.
La Terapia Craneosacral adopta un enfoque integral de la persona a la curación y las interconexiones del cuerpo, y la mente y sus interrelaciones a través de dos factores cada vez más claros como son el pensamiento, la conducta y la emoción (SNC) y el sistema fascial entendiendo como tal el medio de interconexión físico donde se desarrollan procesos bioquímicos y de intercambio importantes, matriz extracelular y mecanotrasducción celular.
Es una forma efectiva de tratamiento para una amplia gama de enfermedades ayudando a crear las condiciones óptimas para la salud, fomentando la vitalidad y facilitar una sensación de bienestar, el confort o wellness. Es apto para personas de todas las edades, incluyendo bebés, niños y ancianos, y puede ser eficaz en casos agudos o crónicos (Michael Kern, D.O, 2001).
La terapia craneosacral (CST) es un tratamiento popular para una amplia gama de condiciones, en las que usando un toque suave generalmente no mayor que 5 gramos, el terapeuta trata de liberar las restricciones en el sistema craneosacro para mejorar el funcionamiento del SNC.
Un estudio reciente realizado en 2007-2008, (Harrison R, et al. 2011), describe en los pacientes que acuden a recibir tratamiento craneosacral, las condiciones que se presentan, y el impacto del tratamiento sobre sus síntomas y en sus vidas.
Los registros de 157 pacientes tratados con Terapia Cráneo-Sacral Upledger, fueron revisados y formaron parte del estudio.
La edad de los pacientes osciló entre recién nacidos hasta los 68 años. Setenta y cuatro por ciento (74%) de los pacientes reportaron una mejoría importante en su problema actual. El sesenta y siete por ciento (67%) también informó de una valiosa mejora en su bienestar general. El resultado por grupos diagnósticos sugiere que la terapia craneosacral es particularmente eficaz para los pacientes con dolores de cabeza y migraña, en el cuello y la espalda, la ansiedad y la depresión, y los bebés. El setenta por ciento (70%) de los pacientes que tomaban medicamentos disminuyó o suspendió el consumo, y la tasa media de consulta al médico general de estos pacientes disminuyó en un 60% en los 6 meses posteriores al tratamiento.
El estudio publicado en PubMed, sugiere que la investigación adicional en terapia craneosacral como una modalidad de tratamiento, sería válido y necesario para los problemas antes mencionados en particular.
Por otro lado, ocho días antes de que el Dr. Upledger nos dejará, un artículo publicado en internet el 18 de octubre de 2012 (Ernst E, 2012) establece que no hay evidencia suficiente sobre el funcionamiento de la terapia craneosacral.
Por todo esto y honrando como mínimo la memoria y el esfuerzo realizado durante toda su vida por el gran doctor, propongo seguir investigando sobre la terapia craneosacral que fue el objetivo del Dr. Upledger este fenómeno de la osteopatía que nos ha dejado físicamente pero con un legado de conocimiento y bienestar para sus pacientes y nuestros pacientes incomensurable, y animo a todos los osteópatas y terapeutas manuales a explorar el mundo craneosacral como parte de nuestras herramientas a la hora de abordar al paciente y sobre todo a determinados pacientes. Mi particular homenaje al doctor Jhon E. Upledger. D.E.P.